El Día Nacional de Concientización sobre el Duelo, que se celebra el 30 de agosto, está dedicado a educar a las personas sobre el proceso de duelo y a ofrecer apoyo a quienes lo atraviesan. El duelo es una experiencia emocional compleja que se produce como respuesta a una pérdida y puede ser diferente para cada persona. Una persona puede experimentar una amplia gama de emociones durante el duelo, como conmoción, tristeza, impotencia o arrepentimiento, pero también ira, insensibilidad, culpa o incluso alivio. El duelo no se limita a esas emociones, y todas ellas son una parte normal del proceso de duelo.
Por lo general, el duelo se refiere al dolor que se siente en respuesta a la pérdida de un ser querido, pero las personas pueden lamentar muchos tipos de pérdidas, como la pérdida de una relación importante, la pérdida de un embarazo, la pérdida de un trabajo o la pérdida de su estado de salud después de recibir un diagnóstico que cambia la vida. Siempre que hay un cambio significativo en la vida de una persona, casi siempre hay una pérdida de algún tipo, y con esa pérdida viene el duelo. También puede haber muchas pérdidas dentro de una pérdida inicial; por ejemplo, cuando se pierde a un ser querido, se pierde no solo a la persona física, sino también las actividades y rutinas de la vida compartida, así como el futuro imaginado juntos. Puede ser útil reconocer estas pérdidas adicionales durante el duelo.
El duelo puede sentirse como si viniera en “olas”, que pueden resultar abrumadoras e intensas a veces. Estas olas pueden ser provocadas por aniversarios importantes o incluso sucesos mundanos que le recuerdan a una persona que ahora está viviendo una vida sin su ser querido. Con el tiempo, estas olas disminuirán en frecuencia e intensidad, pero es natural seguir experimentándolas.
La pérdida y el duelo no son cosas que una persona simplemente “supere”. Después de experimentar una pérdida significativa, ¿cómo se puede esperar que alguien vuelva a “la vida normal”? En cambio, el objetivo no es volver a la vida como si la pérdida nunca hubiera ocurrido, sino más bien cultivar una nueva forma de vida que equilibre el mantenimiento de una conexión continua con la persona fallecida, al mismo tiempo que se vive una vida significativa (para obtener más información, consulte William Worden Tareas del duelo).
No existe una manera “correcta” de afrontar el duelo, pero hay formas en las que puedes apoyarte a ti mismo o a otros durante el proceso.
Cómo puedes apoyarte a ti mismo durante el duelo:
- Reconozca sus emociones sin juzgar, sabiendo que todos los sentimientos son una parte normal del duelo.
- Exprese su dolor a familiares o amigos que lo apoyen, y a través de la escritura u otros pasatiempos.
- Honra a la persona que perdiste de una manera que sea significativa para ti.
- Trátate con compasión y paciencia, y recuerda que no existe una forma “correcta” de afrontar el duelo.
- Busque apoyo externo de un profesional de salud mental o un grupo de apoyo si es necesario.
Cómo puedes apoyar a otras personas que están de duelo:
- Escuche con compasión y sin juzgar, sabiendo que el dolor de cada persona es único y no tiene un cronograma establecido.
- Sea paciente y permita que la persona atraviese su duelo a su propio ritmo y a su manera.
- Ofrecer apoyo práctico, como preparar una comida o ayudar con las tareas del hogar o los recados.
- Continúe estando presente y brindando apoyo en las semanas y meses posteriores a la pérdida, no solo en el período inmediatamente posterior.
- Cuídate tú también. No puedes cuidar a los demás si no te cuidas a ti mismo.